En tu primer viaje internacional puedes encontrarte con varias incógnitas por resolver, es posible que la incertidumbre te invada y con ella la emoción de conocer nuevos lugares, nuevos espacios, nuevas personas; también podrías enfrentarte con el estrés que generan los aeropuertos si viajas por tu cuenta.
Tuve oportunidad de realizar un viaje internacional en grupo, era la primera vez que salía de mi país, me encontraba extasiada porque sucediera pronto; tuvimos una reunión previa a nuestro proyecto de viaje, ahí conocí a todas las personas con las que viajaría, en ese primer contacto pude darme cuenta que a pesar de las diferencias marcadas por los gustos y formas de vida teníamos un sueño en común: aventurarnos a descubrir el impresionante Santuario de Machu picchu y el Valle Sagrado de los Incas.
Mi sueño se hizo realidad, estar allí fue mágico; caminar entre las veredas del recinto ceremonial mientras escuchaba la historia narrada en voz del guía fue una de las experiencias más placenteras que nunca olvidaré. Probar el delicioso sándwich de lomo acompañado del refrescante pisco sour, además de un buen ceviche peruano fue definitivamente de las cosas que hacía tiempo deseaba hacer.
Adentrarte en la vida de una cultura diferente a la tuya se vuelve un aprendizaje verdaderamente encantador, y más si lo haces acompañado de grandes personas. Viajar en grupo me permitió poner a prueba mi capacidad de adaptación y mi actitud de compañerismo.
Ahora tengo nuevos amigos, cómplices de tantas aventuras compartidas, de experiencias inolvidables y de recuerdos imborrables.
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